Érase una vez un pingüino llamado Jose Aldo. Él surfeaba y era muy bueno, pero mucha gente se metía con él ya que tenía un aspecto bastante peculiar. Era gordito, con mechas rubias en las cejas y un pico amarillo.
Jose Aldo tenía un amigo y a su vez vecino llamado Romualdo. Un día se fueron juntos a surfear . Ese día resultó que había mal tiempo y el mar estaba revuelto y desgraciadamente Jose Aldo se cayó de la tabla y fue arrastrado por la marea.
Intentó llegar a la orilla, pero no pudo hacer nada contra las fuerzas de la olas motivadas por el mal tiempo.
Jose Aldo se quedó inconciente, ya que había tragado mucha agua, y así fue como llegó a una isla .
La isla parecía un volcán. Al despertar Jose Aldo no lo supo ya que solo veía árboles y más árboles.
Vio unos troncos de madera tirados en el suelo que habían sido derribados por el fuerte viento.
Cogió aquellos troncos e intentó hacer una balsa. Tenía que hacerlo lo antes posible ya que él no sabía que iba a erupcionar el volcán.
Sintió un temblor tras otro. No sabía que hacer, así que intentó ver que estaba pasando en la isla.
Entonces se encontró con un náufrago que era un mono.
-¿Cómo has llegado aquí?- Le preguntó Romualdo.
-Estaba pescando y una tormenta me pilló -respondió el mono -Se llenó mi barca de agua por la lluvia, y conseguí salvarme gracias a unos tablones de madera que tenía sueltos por el barco.
El náufrago le ayudó a Jose Aldo a subirse en una roca que estaba pegada a una palmera.
Desde esa altura podía ver lo que estaba sucediendo.
Vio que estaba erupcionando el volcán y rápidamente se fueron a juntar los tablones de madera con los troncos que habían derribados por la tormenta.
Consiguieron hojas de palmera que estaban en el suelo y ató los troncos e intentaron irse remando con un palo.
Resulta que ese día también había tormenta gracias a la erupción del volcán, pero Jose Aldo pensó que esta vez no iba a ser derribado por la tormenta, así que se sujetó con el mono a los troncos.
Ya casi estaban llegando a la orilla de la playa de la que había salido y donde todos pensaban que se había ahogado.
Todas las personas de la playa le estaban viendo y a su increible valentía. Le pidieron perdón por meterse con él,
Y así es como se salvaron José Aldo y también el mono.
Moraleja: LA UNIÓN HACE LA FUERZA
jueves, 17 de marzo de 2016
El mono y el gorila
El Gorila y el mono
Un día en la Selva Negra vivían un gorila y un mono.El gorila era fuerte, inteligente y trabajador, mientras que el mono era vago, tonto y débil.
Durante la época de verano el gorila trabajaba para conseguir comida y un refugio porque en invierno escaseaba.
El mono se llevaba todo el día o durmiendo o tocando la guitarra.
El gorila observaba la actitud del mono.
—Mono—dijo el gorila—¿por qué no recoges reservas para el invierno?
—Porque es mucho más divertido tocar la guitarra — respondió el mono sin vergüenza .
— Así te morirás de hambre—respondió el gorila— y de frío.
— jajajaja. — rió a carcajadas el mono— Así no disfrutas de la vida —le contesto el mono con una sonrisa
El gorila enfadado replicó— la vida te ira mal.
El ignorante mono no le creía y seguía sin trabajar. Así pasaron los días y empezó a entrar el invierno.
El gorila tenía las despensas llenas de plátanos, manzanas y frutas silvestres, mientras que el mono las tenía vacías.
Ya era Navidad y el gorila estaba calentito en su casa pero el mono tenía frío y estaba muerto de hambre.
El mono tenía tanta hambre que se coló en la casa de un policía y le robó un par de naranjas. En la selva lo acusaron de robar, lo juzgaron y lo dejaron preso una semana. El mono consiguió escapar y esconderse. Ya no tenía amigos, ni comida, ni hogar donde refugiarse.
Así, se llevo un mes y al final murió de pena.
MORALEJA: Lo que te dice un amigo nunca es en vano.
miércoles, 16 de marzo de 2016
Poema "La tristeza"
La soledad camuflada
bajo un manto de cristal
Se ahoga al caer la noche,
gran tristeza sin más.
Laberinto sin salida
que se debe superar,
sabes que conmigo
siempre tú podrás contar.
bajo un manto de cristal
Se ahoga al caer la noche,
gran tristeza sin más.
Laberinto sin salida
que se debe superar,
sabes que conmigo
siempre tú podrás contar.
martes, 15 de marzo de 2016
El gato y la mariquita
Érase una vez una ciudad llamada Madrida en la que vivían muchas personas.
Un día apareció un ser malvado llamado Bob que nadie sabía que quería pero que comenzó a destrozar la ciudad en busca de algo que quería.
En esa ciudad vivían dos personas muy especiales.
Canuá era un chico joven que estudiaba en el instituto y tenía la cualidad de convertirse en un gato negro.
Sofía era una chica que se podía convertir en una pequeña mariquita.
Cierto día Bob decidió hacer un conjuro sobre unas avispas a ver si éstas le ayudaban a encontrar lo que buscaba.
Estas avispas picarían a las personas de la ciudad y las convertirían en malas, ya que les afectaría al corazón.
Bob lo que quería realmente era conseguir el anillo de Canuá que era mágico, y también el bolso de Sofía, del que se podían sacar cosas extraordinarias.
Canuá y Sofia, al ver lo que Bob le estaba haciendo a la ciudad con sus avispas, ser pusieron de acuerdo para salvarla.
Con su maravillosa vista de gato Canuá se dio cuenta de que podía luchar contra el poder de Bob.
Sofía, por su lado, sacó de su bolso mágico una fantástica cañachucharapalofixo, un aparato muy curioso que tenía fideos que hacían que las personas volvieran a ser como antes de ser picadas por las avispas de Bob.
Canuá se transformó en gato con su anillo y cogió un bastón. Cuando vio a Bob cerca fue corriendo hacia él y le dio un bastonazo. Esto dejó a Bob, aparte de alucinado por ver un gato con bastón, bastante perjudicado del porrazo y sin ganas de seguir siendo malo.
Mientras tanto Sofía de su cañacucharapalofixo sacó una red y capturó a todas las avispas. Se convirtió en mariquita para convencerlas de que se volvieran buenas.
De esta manera el gato y la mariquita consiguieron salvar a la ciudad.
Y colorín colorado esta historia se ha acabado.
Idea de Carlos con la ayuda de la seño.
Un día apareció un ser malvado llamado Bob que nadie sabía que quería pero que comenzó a destrozar la ciudad en busca de algo que quería.
En esa ciudad vivían dos personas muy especiales.
Canuá era un chico joven que estudiaba en el instituto y tenía la cualidad de convertirse en un gato negro.
Sofía era una chica que se podía convertir en una pequeña mariquita.
Cierto día Bob decidió hacer un conjuro sobre unas avispas a ver si éstas le ayudaban a encontrar lo que buscaba.
Estas avispas picarían a las personas de la ciudad y las convertirían en malas, ya que les afectaría al corazón.
Bob lo que quería realmente era conseguir el anillo de Canuá que era mágico, y también el bolso de Sofía, del que se podían sacar cosas extraordinarias.
Canuá y Sofia, al ver lo que Bob le estaba haciendo a la ciudad con sus avispas, ser pusieron de acuerdo para salvarla.
Con su maravillosa vista de gato Canuá se dio cuenta de que podía luchar contra el poder de Bob.
Sofía, por su lado, sacó de su bolso mágico una fantástica cañachucharapalofixo, un aparato muy curioso que tenía fideos que hacían que las personas volvieran a ser como antes de ser picadas por las avispas de Bob.
Canuá se transformó en gato con su anillo y cogió un bastón. Cuando vio a Bob cerca fue corriendo hacia él y le dio un bastonazo. Esto dejó a Bob, aparte de alucinado por ver un gato con bastón, bastante perjudicado del porrazo y sin ganas de seguir siendo malo.
Mientras tanto Sofía de su cañacucharapalofixo sacó una red y capturó a todas las avispas. Se convirtió en mariquita para convencerlas de que se volvieran buenas.
De esta manera el gato y la mariquita consiguieron salvar a la ciudad.
Y colorín colorado esta historia se ha acabado.
Idea de Carlos con la ayuda de la seño.
jueves, 10 de marzo de 2016
LA LEYENDA DE LA MONTAÑA
dentro de una montaña había riquezas inimaginables.
Un lobo muy avaricioso y despiadado, al parecer llevaba buscando durante años esas riquezas sin que nada encontrara.
Un día, en una jungla, encontró la montaña. Pero estaba protegido por muchos monos.
El lobo, cuyo nombre era Benito, pidió ayuda a otros lobos, para llegar al centro de la montaña, saltando la vigilancia.
Pero un mono guardián, avisó al rey Thar y este pidió ayuda al rey de los osos ya que eran vecinos de los monos.
El rey del otro poblado era un gran oso y ayudó a los monos.
Cuando ya estaban preparados para defender la montaña se dieron cuenta de que no eran suficientes.
Entonces, mientras los monos distraían con lo poco que tenían a los lobos, el rey oso consiguió atrapar a Benito y se lo comió.
-!Lo hemos conseguido!- gritaron los monos emocionados- ¡hemos salvado nuestro hogar!
-!si!- respondieron los osos- los lobos no volverán nunca más a molestarnos.
Y la jungla se salvó.
MORALEJA: LA UNIÓN HACE LA FUERZA
La serpiente y el oso
En un bosque vivían varios animales.
Cierto día un oso que se creía muy fuerte y era un completo engreído, salió a cazar. Y se topó con una serpiente muy astuta.
El oso se enfadó mucho porque por culpa de la serpiente, que había espantado y dejado escapar a un conejo, había perdido su cena.
—¡Oye tú, serpiente debilucha—gritó el oso —por tu culpa se me ha escapado mi cena!
—Mi culpa no es — respondió la serpiente — yo solo estaba echada en un árbol durmiendo.
Ante esa respuesta el oso se enfadó aún más porque no se disculpaba y él pensó en que podría utilizarla para su cena.
Por ello retó a la serpiente a un duelo:
—Si gano yo te utilizo para cenar— dijo el oso muy irritado.
—Y si gano yo te irás del bosque para siempre y no podrás volver jamás—respondió la serpiente sin miedo.
Quedaron un día para el combate.
Todos los animalillos del bosque fueron a presenciar la pelea.
La serpiente que era más inteligente, pensó que con la fuerza no iba a llegar a nada puesto que el oso, por naturaleza, era más fuerte que ella.
Cuando se estaban enfrentando la serpiente le mordió en varios sitios envenenándole por dentro. Esto debilitó mucho al animal que se quedó muy sorprendido de este ataque.
Entonces la serpiente le dijo al oso:
—¿Ahora quién es el debilucho? No toda en la vida se soluciona con la fuerza.
Así fue como la serpiente y los animales echaron al oso del bosque y este no pudo volver nunca más puesto que había perdido el reto.
Moraleja: Más vale maña que fuerza.
vs
jueves, 3 de marzo de 2016
El burro, el león y el zorro
Érase una vez un burro que era torpe, tímido y no sacaba muy buenas
notas. Por eso, el león y el zorro se metían con él continuamente.
El león era fuerte y por ello todos le tenían miedo.
El zorro era astuto, listo y hacía todo lo que el león le pedía.
El colegio al que iban era muy grande y en él estudiaban todos los animales de la zona.
Cierto día estudiando en el colegio el profesor búho les repartió las notas de un examen. El león sacó un 10, el zorro un 9 y el burro un 5.
El zorro y el león se acercaron al burro y este se burló de él preguntándole:
— ¿Qué nota has sacado?
— Un 5 — susurró el burro en un tono casi inaudible.
El zorro empezó a reírse del burro y le retó:
— Te apuesto a que no sacas más notas que nosotros.
El burro se enfadó y respondió:
— Pues sí, si quiero puedo sacar más notas que vosotros.
El león y el zorro empezaron a reírse y el león dijo:
— Mañana tenemos un examen de mates. Yo seguramente sacaré un 10 y tú seguro que ni sacas un 5.
— Puede que saque más nota que vosotros — respondió el burro indignado.
En ese momento sonó la campana de la salida y el burro se fue a su casa decidido a estudiar intensamente. Los otros dos animales también se fueron a sus casas pero no estudiaron porque tenían mucha confianza y sabían que era imposible que el burro sacara más nota que ellos.
Al día siguiente, cuando el profesor búho les entregó el examen al león y al zorro les pareció muy difícil ya que no se habían dedicado mucho al estudio. Al contrario, al burro le pareció fácil ya que había estudiado toda la tarde.
Días después, cuando el profesor les entregó las notas, sonrió al burro y le dio la enhorabuena por sacar un 10. Al león y al zorro los miró seriamente ya que habían suspendido. El burro se acercó al león y al zorro y les dijo:
— ¿Habéis visto que si quiero puedo sacar más notas que vosotros?
El león y el zorro no dijeron nada ya que no podían creer que el burro hubiera sacado una buena nota y que ellos hubieran suspendido.
Y entonces el burro dijo:
— Hay que trabajar duro para obtener la recompensa.
El león era fuerte y por ello todos le tenían miedo.
El zorro era astuto, listo y hacía todo lo que el león le pedía.
El colegio al que iban era muy grande y en él estudiaban todos los animales de la zona.
Cierto día estudiando en el colegio el profesor búho les repartió las notas de un examen. El león sacó un 10, el zorro un 9 y el burro un 5.
El zorro y el león se acercaron al burro y este se burló de él preguntándole:
— ¿Qué nota has sacado?
— Un 5 — susurró el burro en un tono casi inaudible.
El zorro empezó a reírse del burro y le retó:
— Te apuesto a que no sacas más notas que nosotros.
El burro se enfadó y respondió:
— Pues sí, si quiero puedo sacar más notas que vosotros.
El león y el zorro empezaron a reírse y el león dijo:
— Mañana tenemos un examen de mates. Yo seguramente sacaré un 10 y tú seguro que ni sacas un 5.
— Puede que saque más nota que vosotros — respondió el burro indignado.
En ese momento sonó la campana de la salida y el burro se fue a su casa decidido a estudiar intensamente. Los otros dos animales también se fueron a sus casas pero no estudiaron porque tenían mucha confianza y sabían que era imposible que el burro sacara más nota que ellos.
Al día siguiente, cuando el profesor búho les entregó el examen al león y al zorro les pareció muy difícil ya que no se habían dedicado mucho al estudio. Al contrario, al burro le pareció fácil ya que había estudiado toda la tarde.
Días después, cuando el profesor les entregó las notas, sonrió al burro y le dio la enhorabuena por sacar un 10. Al león y al zorro los miró seriamente ya que habían suspendido. El burro se acercó al león y al zorro y les dijo:
— ¿Habéis visto que si quiero puedo sacar más notas que vosotros?
El león y el zorro no dijeron nada ya que no podían creer que el burro hubiera sacado una buena nota y que ellos hubieran suspendido.
Y entonces el burro dijo:
— Hay que trabajar duro para obtener la recompensa.
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